A pesar de que de un tiempo a esta parte parece que como humanidad vamos enlazando una desgracia tras otra -una pandemia mundial, la guerra de Ucrania, una crisis energética sin precedentes o unos gravísimos terremotos en Siria y Turquía- y a pesar de que en los países ricos se va extendiendo un estilo de vida individualista y egoísta, algunos vivimos con la seguridad de que el futuro será mejor.

Muchos nos tacharán de tener una mirada infantil, nos dirán que no queremos ver la realidad e incluso se burlarán de nosotros.

Pero nuestro posicionamiento es firme, tiene fundamento, se asienta en la Esperanza y nos lleva a actuar de una manera coherente con nuestro sentir. Aunque nos obligue a movernos a contracorriente de los valores que están más extendidos en nuestra sociedad.

Creemos que el futuro será mejor porque, por nuestra parte, nos remangamos y hacemos todo lo que está en nuestra mano para que así sea. Y tratamos de poner todos los talentos que Dios nos regaló al nacer al servicio de las personas que van pasando a nuestro lado en el camino de la vida y al servicio de este querido mundo nuestro, que anda tan estropeado.

Creemos que el futuro será mejor porque hemos elegido creer. Hemos elegido ver la botella medio llena. Hemos elegido ir por la vida con una mirada optimista, que no ingenua. Con una mirada que ve oportunidades donde otros lo ven todo negro.

Creemos que el futuro será mejor porque aún creemos en la humanidad. Sí. A pesar de sus egoísmos. A pesar de los importantísimos errores que hemos cometido. Porque con esta humanidad también hemos sabido dar respuesta a algunos de los grandes retos que hemos ido teniendo a lo largo de nuestra historia.

Creemos que el futuro será mejor porque contamos con ese Dios que es, sobre todo, Padre. Un Dios que nos quiere más de lo que podamos imaginar y que nunca, nunca, nunca deja a los suyos abandonados a su suerte. Aunque a veces no seamos capaces de entender ni sus tiempos ni sus porqués. Esperaremos contra toda esperanza y le regalaremos nuestra Fe.

Más a contracorriente que nosotros hoy vivió Jesús cuando vino a este mundo a enseñarnos a vivir desde un profundo amor a Dios y un profundo amor a los hombres, nuestros hermanos. Y más se burlaron de Él. Y más solo lo dejaron que a nosotros. Y no le importó ni mucho ni poco. Y, gracias a su perseverancia y a la de aquellos once apóstoles que apostaron por Él con todas sus consecuencias, el cristianismo ha llegado hasta nuestros días para dar sentido a las vidas de quienes vivimos siglos más tarde.

Jesús confió en el plan que Dios tuvo para Él y también lo hicieron los once apóstoles que dejaron todo para seguirlo. Nosotros también podemos vivir con esa confianza, porque no quedaremos defraudados. Todo acabará teniendo sentido y el futuro, seguro, será mejor.

La imagen es de RODNAE Productions en pexels

1 comentario

  1. Siempre hay que tener esperanza de que en el futuro pasen estas desgracias. Si no tuviéramos esa esperanza no podríamos seguir adelante con nuestras vidas

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