El arrepentimiento

Incluso quienes tenemos claro que queremos seguir a Jesús y nos hemos hecho el firme propósito de hacer de su doctrina nuestra vida tropezamos mucho. Muchísimo. En ocasiones nos dejamos seducir por los espejismos del mundo, en otras ocasiones nos dejamos arrastrar por las modas de turno y en otros momentos nos dejamos llevar por nuestras apetencias y nuestras debilidades: pereza, comodidad, envidia, soberbia, … cada uno las que tenemos como compañeras de viaje.

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Sentirnos más que el otro

Evangelio apc niño mayor y pequeño

El mundo en el que vivimos es terriblemente competitivo. Desde bien pequeñitos nos medimos con nuestros hermanos, con nuestros amigos o con nuestros compañeros de colegio y comparamos cosas tan tontas como quién es más alto, quién corre más o quién saca mejores notas. La cosa habitualmente va a más por lo que, cuando llegamos a la edad adulta, la competitividad forma parte de nuestra forma de ser y la llevamos a todos los terrenos.

Que queramos superarnos a nosotros mismos y ser cada vez mejores, en mi opinión, es algo bueno. Buenísimo. El problema llega cuando por destacar o ser brillantes en algún aspecto, nos sentimos más que aquellos que no brillan tanto como nosotros e incluso les despreciamos. Leer más → Sentirnos más que el otro

Las quejas y los reproches

Evangelio apc Silencio

Muchos de nosotros somos realmente aficionados a quejarnos por todo: nos quejamos por la cantidad de obligaciones y responsabilidades que tenemos, nos quejamos porque no tenemos tiempo libre, nos quejamos porque la vida no nos va todo lo bien que nos gustaría, nos quejamos porque creemos que no nos valoran, nos quejamos porque nuestros hijos no son suficientemente responsables …

Hay ocasiones en las que las quejas y los reproches son absolutamente necesarios y están bien traídos a la conversación, pero, en mi opinión, habitualmente están de más.    Leer más → Las quejas y los reproches

La oveja perdida

Evangelio apc Ovejita

Si hubiese abundado la bondad entre quienes vivían en la tierra hace 21 siglos y entre quienes vivimos en la tierra a día de hoy no hubiera hecho falta que Jesús se hiciese hombre y viniese al mundo para enseñarnos que es el amor lo único que da sentido a la vida.

Pero no era la bondad lo que abundaba entonces ni lo que abunda ahora. Y, precisamente para guiarnos a todos los que no llevamos una vida ejemplar, vino. Porque «no tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos» (Evangelio Mateo 9,12).    Leer más → La oveja perdida