«Fijaos cómo crecen los lirios, no se fatigan ni hilan; pues os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe?. Vosotros no andéis buscando qué vais a comer o qué vais a beber, ni estéis preocupados. La gente del mundo se afana por todas esas cosas, pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de ellas. Buscad más bien su reino, y lo demás se os dará por añadidura» (Evangelio Lucas 12, 29-32). Leer más → Esperanza en el Padre en nuestro día a día
«Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se le conmovieron las entrañas; y, echando a correr, se le echó al cuello y lo cubrió de besos» (Evangelio Lucas 15, 20).
Esta frase está entresacada de uno de los pasajes, en mi opinión, más conmovedores del Evangelio: el pasaje del hijo pródigo. En él cuenta Jesús cómo un joven pide a su padre la parte de la herencia que le corresponde, se marcha y la malgasta. Cuando se queda sin dinero, se esfuman sus amigos y pasa necesidad. Y decide volver a la casa de su padre en calidad de jornalero. Leer más → Un retrato de Dios Padre
«Seréis dichosos si, sabiendo estas cosas, las practicáis» (Evangelio Juan 13, 17). Estas palabras las pronuncia Jesús en la última cena: Él ya sabe que en unas horas dará comienzo su Pasión y está aprovechando para recordar a sus apóstoles lo más importante de su mensaje. En este contexto, se levanta de la mesa, echa agua en un balde y lava los pies de sus discípulos: un acto con el que dejar grabado en sus corazones que los cristianos debemos estar al servicio de los demás. Y tras explicarles esto, también de palabra, termina diciéndoles «seréis dichosos si, sabiendo estas cosas, las practicáis«. Leer más → Sobre el amor y la felicidad