La fidelidad es una virtud que se refiere a la capacidad de poder mantener y hacer cumplir las promesas, sin engañar ni traicionar al otro. Es un concepto que puede llevarse a tipo de relaciones sociales y espirituales, donde la fidelidad se refiere a los valores de lealtad, confianza en las promesas, honestidad y respeto mutuo*.
La fidelidad es una virtud que no está de moda ni es algo aspiracional entre nosotros. Y tanto es así que son comunes entre nosotros las medias verdades o contar distintas versiones de una misma realidad amoldadas a lo que nos interesa que entienda quien nos escucha en cada caso. Y es éste un comportamiento que está tan extendido, que lo aceptamos y lo vemos como una pequeña falta a la que no damos importancia. Pero lo cierto es que las pequeñas faltas dan igualmente testimonio de nuestros valores, de lo que somos y de eso que llevamos en el corazón y que guía nuestras acciones y las decisiones que vamos tomando en la vida.
Y quien es infiel en lo poco será infiel en lo mucho. De la misma manera que quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho:
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto. Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Evangelio lucas 16, 10 – 12
La fidelidad es un valor que se demuestra en todos los ámbitos de la vida:
La fidelidad es un valor que se demuestra en la lealtad con las personas. Y nos mantiene al lado de parejas, hijos, padres, hermanos o amigos, siempre. Cuando las cosas van bien y también cuando no lo van tanto. Cuando estamos en días felices y también cuando vivimos días grises, de incertidumbres, de fracasos, de enfermedad, de dudas o de rutina. Es, precisamente, cuando las cosas van mal, cuando mejor se ve la pasta de la que estamos hechos y cómo de fuerte es nuestro compromiso.
La fidelidad es un valor que se demuestra en la lealtad con los principios. Manteniéndolos firmes. Sin medias verdades. Nos escuche quien nos escuche. No podemos andar cambiando de principios según nos vaya resultando conveniente. Más bien, al contrario, los principios deben de ser un pilar en el que asentar nuestra vida.
La fidelidad es un valor que se demuestra en la lealtad con Dios. Y nos mantiene a su lado incluso cuando no nos da lo que le pedimos, cuando las cosas nos van mal o cuando tenemos la sensación de que no nos escucha. Sabiendo aceptar que Él sabe más; mirándolo como niños que confían en los porqués de su Padre aunque no los entiendan; sabiendo regalarle nuestra Fe.
La imagen es de Pexels en pixabay
*La entradilla está inspirada en la definición recogida en la wikipedia
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