La paz interior es ese estado mental y espiritual que nos hace sentir serenos, equilibrados y también a gusto con nosotros mismos, con el mundo e incluso con Dios. Por mucho ruido que haya alrededor o por feas que se pongan las cosas.*
Es un estado que muchas veces nos cuesta alcanzar.
Para tener paz interior se hace necesario quitar tanto ruido como tenemos en nuestra vida. Y ordenarla, priorizando bien con qué quedarnos y qué sacar o, al menos, qué posponer
Muchos de nosotros pasamos todo el día corriendo detrás de la agenda, de tarea en tarea. Muchas veces con actividades que son necesarias, como ir a trabajar u ocuparnos de las labores domésticas. También es muy necesario que nos ocupemos de las cosas de Dios, que cuidemos de nuestras familias y de nuestros amigos, y, cómo no, hacer algo de deporte y descansar.
Otras muchas veces nos complicamos la agenda y la vida con actividades y compromisos que, sin ser malos, no son necesarios. Actividades y compromisos que se convierten en verdaderos ladrones del tiempo que no tenemos y que nos hacen vivir acelerados para poder llegar a todo.
Y andar siempre con prisa es un gran error. Porque la prisa nos roba la serenidad, anula nuestra capacidad de escucha y anula también nuestra capacidad de saborear y disfrutar todas esas pequeñas grandes cosas que van pasando cada día en nuestra vida cotidiana.
Para tener paz interior es necesario sentirnos en paz con las personas que nos rodean
No es posible, creo yo, alcanzar un estado de paz interior cuando nos sentimos culpables porque sabemos que no nos hemos comportado bien y somos conscientes de que deberíamos pedir perdón.
Como tampoco cabe la paz interior cuando el rencor se apodera de nuestro corazón y nos nubla la mirada.
Para tener paz interior es bueno sentirse agradecido
Dando su justo valor a lo mucho que tenemos: los talentos que nos regalaron al nacer, nuestras familias, la salud, el trabajo o la vida.
Apreciando todo lo bonito y todo lo bueno que tenemos en nuestra vida como el tesoro que es.
Sintiéndonos conformes, también, con lo que tenemos. Más nos vale no entrar en esa rueda del consumo que siempre nos llevará a la insatisfacción por no tener el siguiente capricho de la lista.
Para tener paz interior debemos estar en paz con nosotros mismos
Sabiéndonos en el camino adecuado, aunque seamos muy conscientes de las numerosas áreas de mejora que aún tenemos.
Para tener paz interior es bueno sentirnos también cerca de Dios
Ese Dios que es, sobre todo, Padre, y que está deseando que acudamos a Él como niños en busca de ayuda, consuelo o perdón.
Da una enorme tranquilidad contar con que Él siempre está ahí, aunque a veces no sepamos verlo. Y saber que cuida de nosotros no por nuestros méritos, sino por el inmenso amor que nos tiene.
La imagen es de pixabay en pexels
*La entradilla está inspirada en la definición de paz interior de la wikipedia
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