Evangelio Lucas 13, 22 – 30 «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán»
Pasaba Jesús por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os dirá: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero él os dirá: “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».
La imagen es de Pexels en pixabay
Reflexiones relacionadas
La puerta
Jesús nos invita a que entremos por la puerta estrecha. ¿Qué es lo que significan sus palabras?, ¿qué es lo que quiere decir con eso?, ¿nos propone renunciar a la felicidad?, ¿nos propone llevar una vida de sacrificio?
Muchos últimos serán los primeros
Para Dios también hay unos primeros y unos últimos. Pero su criterio para ordenarnos no es el mismo que tenemos aquí en al tierra; en el orden de Dios los primeros puestos nada tienen que ver ni con la influencia, ni con la riqueza, ni con el poder: su unidad de medida es el amor y para Él, quienes están en los primeros puestos son los que más aman. Y esos que más aman son, sin lugar a dudas, los que más sirven
Deja una respuesta