Evangelio Marcos 5, 1 – 2. 9 – 13.17.20 «El endemoniado se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él»
Y llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu inmundo. Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos». Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: «Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos». Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. La gente fue a ver qué había pasado. Ellos le rogaban que se marchase de su comarca. El endemoniado se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.
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