Evangelio Lucas 17, 1 – 6 «Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay de quien los provoca!»
Jesús dijo a sus discípulos: «Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay de quien los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Me arrepiento”, lo perdonarás».
Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería».
La imagen es de mmplatypus en pixabay
Reflexiones relacionadas
La importancia del ejemplo
Tratar de llevar una vida coherente con el cristianismo que decimos profesar es importante por nosotros mismos. Pero si nos reconocemos públicamente cristianos entre aquellos que nos rodean es doblemente importante: porque es más que posible que algunos de esos que nos rodean (entre los que sin duda se cuentan nuestros hijos) nos estén observando tratando de aprender de nosotros qué es ser cristiano. ¡Y ay de nosotros si con nuestro comportamiento lo que damos es un antitestimonio! Estaremos siendo como esos escribas y fariseos de los que Jesús decía “haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen»
El perdón
A muchos de nosotros nos cuesta pedir perdón. Posiblemente porque nos obliga a reconocer que hemos hecho las cosas mal.
Y, si nos cuesta pedir perdón, aún más nos cuesta perdonar. Perdonar de verdad, de corazón, olvidando la faena o la ofensa hecha, para hacer “borrón y cuenta nueva” con esa persona que no se portó con nosotros como debiera haberlo hecho
¡Que no falte la Fe!
La Fe, cuando es verdadera, es un pilar insustituible en la vida: nos hace sentir seguros, nos hace sentir queridos y nos ayuda enormemente a enfrentar los problemas desde la esperanza; tanto los grandes – esos que a veces nos superan – como las pequeñas dificultades más propias del día a día
Deja una respuesta