«Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él»
Evangelio del día 14 de septiembre de 2023 – Juan 3, 13 – 17
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».
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En un momento en el que la religión se mostraba tan llena de preceptos y rigideces que la hacían casi inaccesible, aparece Jesús presentando una doctrina al alcance de todos, que puede resumirse en algo tan sencillo como el amor a Dios y el amor a los hombres.
Y la presenta acompañada de unos criterios que nada tienen que ver con los que rigen las reglas del mundo: mientras que en el mundo solemos valorar a las personas por lo que tienen, por lo que aparentan o por lo que podemos conseguir de ellas, Jesús se muestra especialmente cercano a las personas menos relevantes a los ojos de los hombres. Entre las que, por supuesto, se contaban los niños.
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