Mientras Jesús hablaba a la gente, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron»
Evangelio Lucas 11, 27 – 28
Mientras Jesús hablaba a la gente, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
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La familia
La familia ha jugado y juega un papel fundamental en nuestra sociedad y en la vida de cada uno de nosotros. Las familias son los núcleos en los que nacemos y en los que – salvo excepciones – nos criamos. Y son el espacio en el que aprendemos a convivir, aprendemos a respetarnos y aprendemos a cuidar unos de otros. En muchos casos, además, es en la familia donde somos educados en la Fe.
Pero hay un parentesco más hondo que el que la sangre y es el parentesco que da el Espíritu: el parentesco que da el amor.
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