Estamos estrenando 2023: un nuevo año en la historia de nuestra vida, que es como una libreta nuevecita que aún tiene todas sus páginas por escribir.
En este nuevo año podemos continuar con nuestra vida sin más. Tras estos días de Navidad, fin de año y Reyes, en los que todo es diferente, podemos optar por volver a nuestra rutina y continuar con nuestra vida donde la dejamos. Con la inercia que solemos tener las personas, lo cierto es que resulta la opción más sencilla y la que casi, casi, nos sale a todos de manera natural.
También podemos, si queremos, aprovechar el cambio de año para tratar de modificar algunos de nuestros hábitos. Ciertamente, mejorar nuestros hábitos es algo que podemos hacer en cualquier momento, pero parece que, de alguna manera, el cambio de año invita a planteárselo.
¿Qué cosas podríamos plantearnos mejorar?
Algunos seguro aprovecharemos para tratar de cambiar nuestros hábitos de salud, y nos plantearemos dejar de fumar, hacer más ejercicio o intentar llevar una dieta más saludable.
Otros haremos propósito de vivir un poco más despacio, para poder saborear tantas pequeñas grandes cosas que ocurren a nuestro alrededor que tantas veces nos pasan desapercibidas por ir por la vida corriendo detrás de la agenda, sin tiempo para aquello que no sea cumplir con las responsabilidades y tareas del día.
Reordenar los tiempos de nuestra agenda será el propósito de año nuevo de más de uno de nosotros. Porque no tiene ningún sentido que terminemos por no tener nunca tiempo para aquello que para nosotros es más importante. Es bueno dar cabida en nuestra vida, en primer lugar, a lo que de verdad importa. Y luego, si nos queda algo de tiempo, encajar esas otras cosas que también puede apetecernos hacer.
Consumir menos puede ser un muy buen propósito para aquellos a los que más les pierda ir vestidos a la última moda o tener los gadgets tecnológicos más punteros. Nada de eso es necesario en absoluto.
Ir sacando las miserias que tenemos en el corazón es también un magnífico desafío. Cada uno las que tenga. Para que vaya cabiendo, cada vez más y mejor, ese estilo de vida que nos mostró Jesús, al que todos estamos llamados, que no es compatible con envidias, soberbias o egoísmos.
Un buen propósito para más de uno será tener una actitud más abierta, más flexible, más positiva, más cercana o más alegre.
Hacer de la generosidad un estilo de vida es todo un reto para todos. ¿Por qué no proponernos ser más generosos con nuestro dinero, nuestro tiempo o nuestro perdón?
Mi propósito para este año que ahora empieza es tratar de escuchar más y mejor qué es lo que desde el Cielo quieren de mí. Para que, cada vez más, sea Dios quien lleve el timón de mi vida. Confieso que no es la primera vez que me lo propongo… Este año espero conseguirlo.
Es muy bueno, creo yo, enfrentar este año que ahora está empezando con ilusión, con ganas de cambiar el mundo y desde un profundo agradecimiento por la vida y las muchas oportunidades que a buen seguro se nos irán presentando.
La imagen es de kindel-media en pexels
Me pongo a “trabajar “ en mi propósito ahora mismo. Gracias
Qui buen impulso, este artículo, para replantear los propósitos de este nuevo año
Mi propósito es exactamente el mismo que el tuyo. Hacer lo que Él me diga, confiando y dejándome hacer.
Gracias, Marta, y Feliz año 23!!
Reconfortan mucho tus comentarios después de un día de duro trabajo.
Hoy me has hecho recuperar la ilusión por intentar seguir mejorando.
Gracias Marta !!!!
Me ha venido muy bien esta reflexión, ya estoy tardando ,me pongo a ello ,entre todos y con la ayuda del Padre podemos cambiar este mundo tan perdido ,solo tenemos que creernos lo, gracias