En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría
Evangelio Juan 16, 16 – 20
Dijo Jesús a sus discípulos: «Dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver». Comentaron entonces algunos discípulos: «¿Qué significa eso de “dentro de poco ya no me veréis, pero dentro de otro poco me volveréis a ver”, y eso de “me voy al Padre”?». Y se preguntaban: «¿Qué significa ese “poco”? No entendemos lo que dice». Comprendió Jesús que querían preguntarle y les dijo: «¿Estáis discutiendo de eso que os he dicho: “Dentro de poco ya no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver”? En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».
La imagen es de Free – Photos en pixabay
Reflexiones relacionadas
Un final feliz
La vida de Jesús fue una vida entera dedicada a los demás: ya renunció al Cielo para hacerse hombre y una vez aquí en la tierra vivió para enseñarnos a través de sus palabras y a través de sus obras que lo único importante en la vida es el amor al Padre y el amor a los hombres. Su mensaje fue revolucionario y cuajó rápido entre las personas de buena voluntad; y muy especialmente entre aquellos que de un modo u otro estaban marginados, porque se sintieron incluidos, queridos y con una religión accesible. Tanto fue así, que los escribas y fariseos – quienes supuestamente se dedicaban en nombre de Dios a guiar al pueblo – sintieron amenazada su posición de privilegio y pronto decidieron acabar con su vida. Jesús, por defender la verdad hasta el final, se dejó matar.
Si la cosa hubiera finalizado ahí, con ese Jesús clavado en la cruz, lo cierto es que habría terminado en un rotundo fracaso. Pero afortunadamente no fue así y el Padre lo resucitó.
Deja una respuesta